viernes, 12 de diciembre de 2014

Yo también te echo de menos

Hoy la echo tanto de menos que... 
aún siento
como está su risa escondida en algún punto flaco de mi corazón.


Aún me brillan los ojos cuando hablo
 o me acuerdo de ella,
casi brillan tanto como brillaba ella.
  Y a veces me siento débil como un cristal
pero me acuerdo
 de ella 
con la misma fuerza
como cuando las agujas del reloj se mueven.

Como cuando sonreías joder,
y en ese momento
siento esa presión en el pecho.

Casi tan fuerte que 
golpea,
 pule, 
deshace.

Era casi tan fuerte como lo era ella.

Todos dicen que ya te has ido 
pero yo juraría que aun sigues aquí.

jueves, 22 de mayo de 2014

-¿Me oyes?Yo tampoco.

Desde que te fuiste he dejado de oírme
 y de escribirte.
Y a lo mejor, lo mejor fue eso,
irme cuando tú te fuiste
porque no me imagino volver
y que no estés.

O tal vez eras tú.

Que me tenías tanto
que hacías que necesitase
más y más y más
y tanto
de ti.

Y como tú,
que yo te quería.

Decidí morirme porque ya no estás
porque no te tengo
y porque no entendistes mis besos cuando me expresaba.
Decidí morirme conmigo misma,
así como el amor,
que me salva y me lame las heridas.

'Pero...
aún creía en ti
aún creía en mi
y aún creía en nosotros
y ya no creo en nada'.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Me llovías dentro, amor.

Entonces quería
y
volvernos.

Porque no quiero olvidarte
y porque llegué a olvidar quererte
y aún haces daño,
mi amor.

Y aunque yo sin ti
me echo de menos
de menos sería no tenerte nunca
y aún,
quererte,
y aún,
quererme
y así querernos.

Si haber sido herida
y limón y sal (como el tequila
me cuesta.

Y no quiero
no quiero dejar este sufrimiento
que aún me quema
que aún me escueces
porque eso soy ahora
dolor.

Y entonces empezábamos a llover.